La
estrategia se define como un conjunto de acciones que se llevan a cabo para lograr
un determinado fin, podemos resumirla como un
patrón en acción. Se refiere a un amplio plan de acción que se implementa a
través de políticas de mediano y largo plazo. Mientras que la geopolítica es ostensiblemente
neutral, examinando las características geográficas y políticas de diversas
regiones, especialmente el impacto de la geografía en la política.-
A
partir de los ´70 la geopolítica recupera el interés perdido y vuelve a crecer
en los últimos años, como consecuencia de las tensiones internacionales.
Conceptos como eje, estado tapón, países
aliados, área comercial, etc., son términos geopolíticos comúnmente
utilizados. Tampoco se puede olvidar una nueva vertiente de la geografía
política: el desarrollo de grandes compañías u organizaciones multinacionales
de gran poder económico y político (algunas similares o mayores que muchos Estados),
que fomentan estrategias territoriales cercanas al estudio de la geopolítica (geopolítica
macroeconómica). Una nota de color, es la utilización del término compañía,
como sinónimo de empresa, pero debe notarse que compañía, entraña
acompañamiento, seguimiento y sometimiento a su misión y visión. Queda claro
que la misión y la visión estratégica del Estado no son el lucro y la
maximización de utilidades.-
La
geoestrategia implica el planeamiento comprensivo, asignando los medios para
alcanzar metas nacionales o asegurar activos de importancia militar o política.
Un recurso estratégico debemos definirlo como un recurso escaso (finito), clave
para que a través de su control, asegurarnos la defensa de los intereses
nacionales y lograr que con estrategias concretas esos recursos sirvan al
bienestar de sus legítimos poseedores, el pueblo.-
En
este momento los conflictos son numerosos, el “control” de los mismos permitirá
la continuidad de la supremacía de países con un alto desarrollo mantener ese
lugar, postergando a la mayoría de los países del planeta lograr encauzar la
senda del desarrollo económico y el bienestar de la población. Debemos ver a
Suramérica como la “isla continente”, con 350 millones de habitantes. Para
tener una idea más concreta, algunos datos se deben tener en cuenta sobre
nuestro continente suramericano: grandes extensiones de tierras cultivables y
suelos poco o nada degradados, 11% de reservas de petróleo y 15% de producción
mundial de crudo, 6% de las reservas de gas y el 20% del potencial mundial de
recursos hidroenergéticos, 30% del agua dulce del planeta (el acuífero Guaraní
es el tercero del mundo) y en cuanto a biodiversidad, el pantanal de Matto
Grosso es el humedal de mayor extensión y la mayor reserva de biodiversidad del
planeta, en Argentina la mayor biodiversidad están en las Yungas –Salta y
Jujuy- y en la selva misionera. También podemos agregar el mayor humedal de
nuestro país, los esteros del Iberá.-
Es
por ello que la América del Sur debe repensarse como una unidad geopolítica con
sentido propio y así dar un paso importante para eliminar la actual
fragmentación del continente. De manera que hacer extensiva la propuesta a la
totalidad de Suramérica es un acto de prudencia, a la vez que de percepción
estratégica. La Argentina no solo cuenta con una parte importante del tercer
reservorio mundial de agua dulce que es el acuífero Guaraní, sino también con
las reservas de agua de los hielos continentales en los Andes patagónicos y
próximamente la posibilidad que si no se trabaja en conjunto con los países de
nuestro continente, el recurso Antártida agua dulce de primera calidad, sea
explotada sin nuestra participación, grandes recursos mineros, sus tierras para
la producción de alimentos y nuestro mar continental que se extiende más allá
de las 350 millas náuticas de nuestras costas, lo que nos otorga un territorio
de casi la misma extensión que el continental (con riquezas alimentarias, y de
recursos si tomamos en cuenta los recientes descubrimientos de Brasil mar
adentro, no podemos dejar de considerar la posibilidad concreta que también en
nuestro mar existan grandes reservas subterráneas. Gran Bretaña está explorando
en ese dirección alrededor de las islas Malvinas y no es de extrañar por ello
su pretensión de ampliar la zona de exclusión de 200 a 350 millas náuticas
alrededor de ellas.-
Hace
un tiempo se había simplificado el mundo en cuatro escalas o peldaños. La
primera escala, la hegemónica, ocupada por EE.UU. que está perdiendo ese sitial
desde comienzos de 2001, en forma sorprendentemente acelerada. En el segundo
peldaño una serie de países con fuerte autonomía y desarrollo económico, la
Unión Europea y Japón, cuyas economías se encuentran en franca recesión. El
tercer escalón, ocupado por países con cierto nivel de resistencia y con fuerte
control en su interior, como son el caso de China, Rusia, India, Brasil,
Sudáfrica, es decir, los BRICS. Y cuarto, el resto del mundo, entre ellos la Argentina
y el resto de los países suramericanos, por su falta de ideas estratégicas que
faltan en los últimos de 60 años. Es el resurgir del Estado, volviendo a asumir
su rol de generador de políticas y estrategias para establecer sus relaciones en
un mundo en cambio permanente.-
Veamos
los actores del tercer nivel, China ya es la segunda economía del mundo, con una
política que llevó adelante el Estado chino, Rusia vuelve a ser el gran jugador
después de la implosión de la URSS y lo hizo a través del control estatal de
los recursos energéticos. Brasil es la sexta economía del mundo, desplazando de
ese lugar a Gran Bretaña. Recomiendo leer al pensador Francis Fukuyama que
luego de su libro el “Fin de la historia”, ahora escribe sobre la importancia
del Estado-Nación. Las estrategias son múltiples en naciones permisivas o
debilitadas. el control se hace de una manera directa o por la permisividad o
complicidad de los dirigentes políticos locales, con el apoyo de los mass
media, que funcionan como esterilizadores de todo tipo de resistencia
intelectual y moral del país, quien discute esa política es un retrógrado, estatista,
populista, etc. Y si existe una resistencia a estos planes, la injerencia en la
política interior de esos países, promoviendo sus conflictos internos como
vimos en Bolivia, años atrás, al borde de la secesión. Y si estos métodos
fallan, se puede recurrir al golpe de Estado, al cual algún trasnochado llama
institucional. No existen los golpes institucionales, es una forma de golpe de
Estado que no figura en ningún tratado de Ciencias Políticas, como el ocurrido
días atrás en la hermana República del Paraguay.-
Por
último, les queda el conflicto armado, a estas alturas nos preguntamos cuales
son las graves situaciones en que se encuentra América del Sur para que EEUU
active la IV flota para esta región, el despliegue de bases norteamericanas en
Suramérica y el Caribe, la instalación de una base de la OTAN en el Atlántico
Sur, sobre las islas Malvinas, la Base Mount Pleasant. Sobre este territorio de
ultramar británico, un eufemismo moderno para denominar una colonia, hay 2
militares por cada 1 habitante civil.-
Ahora
estamos viviendo un boom de la soja que no fue planificada por el país, sino
por grupos multinacionales (Monsanto, por ejemplo), que no tienen la misma
forma de actuar en los países centrales por los controles estatales de los
mismos y esto genera grandes depredaciones de tierras que se podrían usar para
otros productos alimentarios, viendo la escasez de alimentos que se avecina en
el mundo. El conflicto irresoluto de Malvinas no frena y le da oportunidad a
Gran Bretaña que abandona el Mar del Norte al caer su producción y por la
reciente imposición de Rusia de controlar su zona hasta el ártico. La llevó a
buscar en nuestra zona nuevas fuentes. El siglo XX finalizó en 1989 con la
caída del muro de Berlín y la implosión de la URRS en 1999. Es el fin de la lucha
Ideológica (bipolaridad) que enfrentó al capitalismo y el comunismo. Vuelven
entonces por sus fueros los criterios geopolíticos y geoestratégicos en el
análisis de las relaciones internacionales. El pensador francés Alain Touraine,
en la hipótesis sobre cómo analizar los nuevos paradigmas del mundo después del
11 de septiembre: “Estaríamos asistiendo al paso de la lógica de la sociedad, a
la lógica de la guerra. La potencia hegemónica, Estados Unidos, ha decidido no
resolver más los problemas por la vía diplomática y por el diálogo sino por la
intervención y por la guerra, llevada, si fuera preciso, a cualquier parte del
mundo.” Podemos agregar que ahora, hasta es capaz de enviar grupos comandos a
asesinar personas, incluso a ciudadanos norteamericanos.-
Por
ello, la experiencia comparada mundial evidencia que el desarrollo y no el mero
crecimiento económico de un país, es más exitoso cuanto mayor es el compromiso
por parte de todos los actores (políticos, económicos, sociales) en impulsarlo
con una visión estratégica consensuada de mediano y largo plazo. De ahí la
importancia de comprender que su construcción, lejos de ser la tarea de un solo
hombre o mujer, de un solo partido o de un solo sector, debe verse como el
compromiso de toda la sociedad expresado a través de sus diversos actores,
sectores e instituciones. Sólo así, tal compromiso será exitoso y sustentable
en el largo plazo.-
En
los últimos 60 años falta capacidad de pensamiento estratégico en Argentina, el
último intento planificado fue el proyecto de Juan Domingo Perón, llamado
modelo nacional. En un mundo globalizado de nuestros días, contar con una
visión de país de largo plazo constituye un activo estratégico valiosísimo, ya
que en él compiten las naciones y las empresas, con acervos de capital de toda
índole. En efecto, la mayoría de los países que durante las últimas décadas han
tenido las tasas más altas de crecimiento económico y desarrollo son
precisamente aquellos que han contado con una visión nacional de mediano y
largo plazo acompañada de las correspondientes políticas de Estado.-
Esa
lógica la podemos comprobar en casi todas las regiones del mundo, también
observamos que el despliegue militar de Estados Unidos es coherente con estos
enunciados. Esta hipótesis relativa a nuestra región y área de influencia nos
debe importar por los intereses en juego. La política puramente nacional es
algo casi puramente de provincias. Hoy todo es política internacional, que se
juega adentro o afuera de los países. Esa es una nueva amenaza en que se
encuentra los recursos naturales de los países en vías de desarrollo, ahora los
países desarrollados, o sea el grupo de los 8 conjuntamente con sus empresas
multinacionales y el sistema financiero pretenden que los recursos naturales
del mundo sean considerados “bienes universales”, y por lo tanto ya no puedan
ser administrados por sus legítimos propietarios, porque ahora que ellos
agotaron los mismos en sus territorios o los han contaminado de tal manera que
es imposible su uso, pretenden que los compartamos con ellos. En América del
Sur ya se ha visto parte de esta estrategia, al intentar considerar a la Amazonia
como un bien de la humanidad. Brasil con gran premura modificó sus hipótesis de
conflicto y desarrolló una nueva hipótesis para sus fuerzas armadas, la cual es
la de defender a los mismos y fundamentalmente a la Amazonia. Recientemente, se
encontró con otro tipo de acción para controlar estas extensiones, el intento
de un grupo de financistas internacionales de intentar comprar gigantescas
porciones de tierras en la Amazonia. Es saludable, observar que en los últimos
9 años, hemos avanzado en la integración regional, hemos recuperado soberanía
energética, hemos profundizado nuestra relación estratégica con Brasil, un actor
regional con proyección internacional, formando parte un bloque de países
(BRICS) que juegan en un tercer escalón en un mundo más multipolar. Unasur y Mercosur
han jugado un rol interesante en la crisis política que desalojó al Presidente
Fernando Lugo en Paraguay, con esta forma moderna de llevar a cabo un golpe de
Estado.-
El
ingreso de Venezuela y la invitación al resto de países suramericanos a
integrar el Mercosur van en esa dirección, teniendo en cuenta que el hardland
suramericano, es un rombo algo irregular que une Buenos
Aires-Brasilia-Caracas-Lima (en estricto orden alfabético). Si miramos el mapa
no debemos sorprendernos que Paraguay y Bolivia vivan los acontecimientos
actuales, son los únicos dos países suramericanos que están dentro del rombo en
un 100% de su superficie.-
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